El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, afirmó anoche estar dispuesto a dialogar, con una “agenda abierta”, con su homólogo estadounidense, Donald Trump, y pidió una investigación independiente de las Naciones Unidas sobre el supuesto atentado en su contra, el pasado agosto.
“Yo estaría dispuesto a estrechar la mano del presidente de EE. UU. y a sentarme a dialogar sobre los asuntos de las diferencias bilaterales y los asuntos de nuestra región”, dijo Maduro durante un discurso de 52 minutos ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, después de mencionar que él es “solo un chofer” y “no un magnate”.
“Son los que tienen diferencias en este mundo los que tienen que dialogar (…) Trump dice que está preocupado por ayudar a Venezuela, estoy dispuesto a hablar con agenda abierta, con humildad”, agregó el presidente venezolano, al referirse a las declaraciones hechas este miércoles por Trump, según las cuales estaría dispuesto a dialogar con Maduro.
“Solo quiero que Venezuela se enderece. Quiero que la gente esté segura. Nos ocuparemos de Venezuela. Lo que pasa en Venezuela es una desgracia”, había señalado Trump.
En su primera aparición en la ONU desde el 2015, el mandatario venezolano pidió además una investigación independiente de la ONU sobre el supuesto ataque con drones en su contra el pasado 4 de agosto, durante un desfile militar que él encabezaba en Caracas.
El líder chavista también volvió a pedir que el FBI se incorpore a la investigación para “establecer responsabilidades directas” sobre ese hecho, que aseguró fue planeado en EE. UU. y ensayado en Colombia con la ayuda de Chile y México, y el cual ha dejado más de 20 detenidos, entre ellos el diputado opositor Juan Requesens.
En su discurso –que fue presenciado y aplaudido por su delegación, en la cual se encontraban su esposa, Cilia Flores, sancionada por EE. UU. el martes pasado, y el canciller venezolano, Jorge Arreaza –, Maduro aseguró que Venezuela era un “país acosado y agredido”, y denunció la ofensiva diplomática en su contra y las sanciones financieras que les han sido impuestas, entre otros por EE. UU., las cuales calificó de ilegales.
Asimismo, el presidente negó la crisis de migrantes venezolanos y señaló que se ha construido una “campaña mediática mundial” desde EE. UU.
“Se ha fabricado una crisis migratoria que se cae por su propio peso”, argumentó Maduro, quien señaló que con esto se quiere justificar una intervención en su país y distraer el mundo de los otros problemas migratorios, haciendo referencia a lo que sucede en la frontera entre México y EE. UU., donde los niños han sido separados de sus padres, así como a la migración en Libia y Siria.
Pero, según cifras de la misma ONU, más de 2,3 millones de venezolanos han dejado su país por la hiperinflación, la falta de alimentos y medicinas, al igual que por problemas con los servicios públicos básicos, como agua y electricidad.
Además, el presidente venezolano condenó a Trump por la “arremetida infame y bochornosa” contra Venezuela que hizo en su discurso ante la Asamblea General de la ONU el martes pasado. La declaración dada por Maduro la antecede la de Trump este miércoles ante la ONU, donde dijo que las “opciones” más “fuertes” están sobre la mesa con respecto a la crisis de Venezuela.
Maduro afirmó que su país “está más fuerte que nunca”, que “cree en un diálogo internacional” y está dispuesto a “abrir los brazos”, siempre y cuando se respete la soberanía.
Al finalizar, Maduro aseguró que su país está trabajando en la construcción de un “programa de prosperidad económica” y pidió que se levante el bloqueo contra Cuba y haya justicia en Palestina.