Donald Trump ha querido este martes dar por zanjado el episodio del asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi, residente en Estados Unidos y columnista de The Washington Post, al decir que las circunstancias que lo rodearon “pueden no llegar a saberse nunca”. El presidente estadounidense defiende en un comunicado la prioridad estratégica, tanto en política exterior como en la economía doméstica, que otorga a la relación con su “gran aliada” Arabia Saudí. Declarando su lealtad inquebrantable al príncipe heredero, Mohamed bin Salmán, que le ha “negado vigorosamente cualquier conocimiento del plan para ejecutar al periodista”, el presidente confirma que da más credibilidad a la versión del hombre fuerte del régimen saudí que a las informaciones de sus propios servicios de inteligencia, que lo sitúan detrás de la trama que acabó con el descuartizamiento, en la embajada saudí en Turquía, del periodista crítico con el régimen.
El comunicado de Trump llega después de que el republicano dijera que este mismo martes iba a recibir un informe completo, elaborado por su Gobierno, sobre el asesinato de Khashoggi el pasado 2 de octubre. Previamente la CIA, según una información de The Washington Post, había llegado a la conclusión de que el príncipe heredero fue quien ordenó la muerte del periodista. “El rey Salmán y el príncipe heredero Mohamed bin Salmán niegan vigorosamente cualquier conocimiento de la planificación o la ejecución del asesinato de Khashoggi. Nuestras agencias de inteligencia continúan evaluando toda la información, pero muy bien podría ser que el príncipe heredero tuviera conocimiento de este evento trágico. ¡Quizá lo tuvo y quizá no!”, dice el presidente en el comunicado.
En un texto prolijo en exclamaciones, encabezado por la expresión “¡América primero!” seguida de la frase “¡El mundo es un lugar muy peligroso!”, Trump dedica los primeros tres de ocho párrafos a enumerar las ventajas para Estados Unidos de su buena relación con Arabia Saudí. El reino del desierto es “un gran aliado en nuestra muy importante lucha contra Irán”, explica, y “ha acordado gastar miles de millones de dólares en liderar la lucha contra el terrorismo islamista radical”.
A continuación, Trump explica que Riad se ha comprometido a invertir 450.000 millones de dólares en Estados Unidos, 110.000 millones de ellos en compra de armamento. “Una cantidad de dinero récord”, explica. “Si ingenuamente cancelamos esos contratos, Rusia y China serían los enormes beneficiados”, advierte. Por todo ello, concluye el presidente, “Estados Unidos pretende seguir siendo un firme socio de Arabia Saudí para asegurar los intereses de nuestro país”.
Anticipándose a las muy probables críticas que le llegarán del Capitolio, donde se están tramitando leyes que persiguen castigar a Arabia Saudí, el republicano advierte: “Comprendo que hay miembros del Congreso que, por razones políticas o de otro tipo, quieren ir en otra dirección, y son libres para hacerlo. Tomaré en consideración cualesquiera ideas que me presenten, pero solo si son consistentes con la absoluta seguridad de Estados Unidos”.